«En Ingener trabajamos en un modelo de equipo, generando relaciones en base a la confianza. de donde surge lo más rico que puede tener una empresa como esta, que es sumar cabezas», afirma el ingeniero Daniel Vázquez, director ejecutivo de Ingener. A su vez. explica que en la empresa no se vive el enlentecimiento de la actividad económica que se percibe en otros sectores. «Nuestra motivación es aprovechar que mantenemos un buen nivel de actividad para lograr una proyección al exterior, ese es nuestro desafio y es lo que nos estimula», expresa.

 

Daniel Vázquez, director ejecutivo de Ingener, nos recibe en su despacho, en la casona de la empresa en la calle Millán, del Prado. El despacho lo comparte con otro funcionario, y eso no es casual. «Ese esquema de Ingener es el resultado de una evolución -señala-. El hecho de que el director comparta la oficina con otro técnico es un concepto, es un ejemplo de que la oficina no tiene que ser una cuestión jerárquica, sino que el trabajo se realiza cuando se hace con el equipo en la sala conjunta, y después continúa cuando cada uno se lleva sus deberes, que tiene que desarrollar, porque cada uno tiene su responsabilidad que debe cumplir».

 

Vázquez destaca que «lo que nos ha cambiado la forma de trabajar es tener buenas salas generales de trabajo, bien equipadas, donde se genera todo el esquema de reuniones técnicas ‘ y de coordinación, o sea es ahí donde se va dando la marcha de la empresa. Ahí es donde se comparte el lineamiento del estudio que se está preparando, es ahí donde se hace un nuevo presupuesto, o se sigue el desarrollo de una obra en curso, o se diseñan las tareas de mantenimiento de otro trabajo. Y después cada uno, con su computadora portátil y demás herramientas, trabaja en los lugares asignados».

 

Este encare deriva, a su vez, de que «la empresa está también en el interior, tenemos muchas obras y trabajos en el interior, son servicios que están fuera de la sede de la empresa, tanto obras como tareas de operación y mantenimiento», indica.

 

«Nosotros lo que tenemos de forma centralizada es la documentación, pero hoy por hoy uno puede acceder ya sea al último plano o a la última memoria de una obra o de un servicio de forma remota. Y esto también colabora para cambiar la dinámica. El punto de reunión en la sede de la empresa lo hacemos con una visión de mantener reuniones prefijadas, cortas en el tiempo, potentes, productivas, donde se fijan los criterios y después cada uno va y desarrolla lo que tiene que hacer».

 

Lo que se busca, expresa, es «no generar cosas aisladas, sino que se trata de un modelo en equipo. Quien nos ha ayudado en esta manera de trabajar es Enrique Baliño con su equipo de Xn de consultoría del desarrollo de gerenciamiento y funcionamiento de las organizaciones. Así se generan relaciones de trabajo de confianza, donde se pueden hablar todos los temas y de ahí surge lo más rico que puede tener una empresa como esta, que es sumar cabezas. Incluso esa dinámica de las reuniones y la generación de confianza permite que si uno metió la pata en un tema, no sea tan dramático, que si esa persona tiene que enfrentarse so lo, con un problema muy grande».

 

Vázquez explica que «nosotros hacemos desde cosas muy simples, que puede ser un trabajo manual en una obra, a otras tareas relativamente sofisticadas, como es toda la ingeniería que se desarrolla en la empresa.

 

Tenemos toda la gama. Para eso es importante algo muy vinculado al ADN de una empresa como Ingener, que lo hemos desarrollado desde siempre, que es la delegación en base a la confianza. Es la búsqueda de un relacionamiento muy abierto, de confianza, que permite por ejemplo que cuando surge un problema, se pueda escalar hasta el nivel que sea. Alguien que está en la primera línea, trabajando en algo que puede parecer menor, siempre tiene acceso para llegar a la persona que considere necesaria, en cualquiera de las estructuras de la empresa».

 

Construcción, mantenimiento y operación

 

 

Ingener nació en 1998 de un concepto innovador: acompañar al cliente luego de entregada la obra, en la operación eficiente y en la preservación del valor de su infraestructura. Gracias a esta modalidad de trabajo, que vincula construcción y preservación, Ingener logra potencia r ambas áreas, adquiriendo una visión global y planteando soluciones de mantenimiento adecuadas.
Sus áreas de especialidad son energía renovable y convencional, industria, servicios portuarios, áreas comercia les y acondicionamiento térmico. Los servicios que brinda son de diseño, construcción, operación y mantenimiento.
Respecto a las áreas donde trabaja la empresa, construcción, mantenimiento y operaciones, hoy por hoy dos tercios de los trabajadores están en obras mientras que un tercio están en servicios de operación y mantenimiento.
En sus 18 años de existencia la empresa ha estado presente en casi todas las grandes obras que se realizaron en el país tanto para el sector público como privado.
«En los últimos dos años hemos tenido una muy buena oportunidad de resolver la conexión eléctrica a la red nacional para los parques eólicos y fotovoltaicos de gran porte, esto incluye las subestaciones y las modificaciones en las estaciones existentes de UTE, para que puedan ingresar en producción estos nuevos parques», apunta Vázquez. «O sea, últimamente nos hemos enfocado en la construcción de este tipo de obras con la ingeniería asociada, el suministro de equipamiento, la construcción, y el mantenimiento una vez que comienza la explotación industrial. Ahora se está dando una nueva oportunidad, que son dos parques eólicos que nosotros no construimos, pero nos han dado la oportunidad de hacer el mantenimiento y algunas tareas de operación, de manejo de la red, es decir han confiado en Ingener como la empresa que asegura que la energía se puede evacua r, convirtiéndonos en el interlocutor con UTE del punto de vista técnico».

 

La empresa también ha hecho recientemente otro tipo de obras, como plantas industriales.
Ingener combina obras y mantenimiento, lo que permite contratos más estables. «Esa es la tendencia, y es una tendencia mundial, porque también está vinculado a la forma como se financian los proyectos», indica el director. «Los repagas de estos proyectos generalmente son a muchos años, entonces las distintas formas de bajar el riesgo de la inversión es asegurarse que esas inversiones generen la producción que estaba prevista en el proyecto inicial, que asegure la rentabilidad del proyecto en sí. Una forma sana de lograrlo es vincular al que lo construyó para que también se haga responsable de la obra en los años que siguen. Es una forma de decir: ‘si vaya tener que mantener esta instalación, voy a tratar de hacerla lo mejor posible para que la parte de mantenimiento sea lo más eficiente que se pueda’. Es una tendencia mundial, donde el caso más típico son los financiamientos de participación pública privada, PPP, que son contratos por 20 años, donde el repago suele ser contra la calidad de servicio que se obtiene. Para ponerlo con un ejemplo, por tantos kilómetros de ruta construida bajo el régimen de la PPP, el usuario paga un canon anual si la ruta está disponible en determinadas condiciones, y si no está disponible, se lo penaliza. Si la carretera presenta un deterioro mayor al previsto, por ejemplo, te van a decir que en vez de pagar el 1000/0 del canon, este año te pagan un porcentaje menor, de acuerdo a lo estipulado en el contra to. O sea gradualmente el constructor pasa a verse más y más involucrado con la parte de la operación».

 

Hay áreas de actividad de Ingener que son estratégicas, seña la Vázquez. «Cuando uno empieza a incorporar nuevas áreas, en algunos casos inclusive no termina siendo un negocio en sí mismo, si bien da su rentabilidad, no ‘mueve la aguja’, pero lo vemos como un tema estratégico, porque nos permite también participar en obras de cierta especialidad. En otras palabras, mantenemos algunas actividades que nos mantienen vigentes, con capacitación, con cursos, por ejemplo en el área de protecciones de instalaciones eléctricas, por ser estratégico para el conjunto de la empresa, más que un negocio en sí mismo».

 

A la vez, en una empresa como Ingener, con gente muy calificada, «hay que poner ‘pienso’ para justificar salarios elevados, es clave agregar valor, fundamentalmente en el área técnica. Uno tiene que elegir en qué áreas interviene y en cuáles no interviene. Hay actividades que son más ‘commodities’, donde es más difícil agregar valor. Uno lo puede hacer, tiene la capacidad, pero en definitiva las empresas sin resultados económicos se van extinguiendo. Eso nos ha obligado a definirnos estratégicamente en qué temas hacemos foco y en qué temas no».

 

Uruguay puede exportar servicio de ingeniería

 

Vázquez explica que en Ingener no se vive el enlentecimiento de la actividad económica que se percibe en otros sectores. «Nuestra preocupación o desafio es aprovechar que mantenemos un buen nivel de actividad para lograr una proyección al exterior, para promediar un poco más las subas y bajas de los distintos mercados. Esa es la consigna o el desafío que tenemos, o sea no tener ‘todos los huevos en la misma canasta’, queremos diversificar».
La propia historia de Ingener la ha llevado a considerar que Uruguay está apto para exportar servicios de ingeniería. «Por suerte Ingener ha estado dando los primeros pasos en esta línea», afirma Vázquez. «Pero primero la empresa se tuvo que ir consolidando en Uruguay, o sea para no estar en la emergencia de hacer funcionar la empresa ‘a pedal’ requiere una organización estable, con clientes estables, donde los temas se delegan, y financieramente hemos logrado armar un esquema sólido, que nos permite plantearnos el desafio de salir al exterior, a la región».

 

Para ello, considera, Uruguay tiene ventajas comparativas. «En primer lugar tiene la ventaja de ser una sociedad con gente muy bien calificada a todos los niveles, gente que le gusta trabajar, que está orgullosa de su trabajo, que le entusiasma lo que hace yeso es fundamental. Lo primero, para salir al exterior, fue analizar a dónde ir, porque tampoco se puede pretender hacer cualquier cosa, porque en este caso la posibilidad de éxito es muy baja. Pero dentro del nicho en el que trabaja Ingener, hay obras de cierto tamaño que pueden ser interesantes para nosotros en países de la región, resultan manejables para una empresa como esta».

 

Para esto, Vázquez señala un punto clave para competir: «ya tenemos la capacidad de comprar en cualquier país del mundo, porque ya conquistamos la experiencia necesaria. Compramos suministros de China, de Europa, de Estados Unidos. En una obra de construcción en el área de energía, por ejemplo, o de electromecánica, hay primero una obra civil que es, de alguna manera, el soporte, donde hay que hacer las cosas bien desde el punto de vista técnico, que es lo que nosotros hacemos. Pero otro aspecto muy importante es saber comprar aquellos elementos electromecánicos que forman parte del proceso y que nosotros no fabricamos. Hemos logrado participar en importantes obras de Uruguay que nos dieron la posibilidad de buscar las so luciones, comprando en cualquier parte del mundo la mejor solución, y logramos el expertise necesario que nos permite replicarlo en el exterior. El punto de partida para ese ciclo para nosotros fue la obra de la Planta de Celulosa de UPM, donde fue muy bueno el intercambio con los técnicos finlandeses, empezando por toda la parte de gestión de las obras, de los proyectos, en entender esa cultura que yo le llamo del ‘cricket’, como el del gato hidráulico, que avanza un paso pero no vuelve para atrás. Eso nos permitió participar de lo que es una primera gran compra internacional de suministros – indica-. La última compra grande fue un transformador para una planta de generación de 50 MW. Para que se tenga una idea, es un transformador que ocupa toda la chata de un camión, con una serie de consideraciones técnicas muy específicas, que lo compramos en India, en un fabricante de primer nivel. Eso es todo un desafio, porque desde que se compra hasta que llega, a ese equipo le pueden pasar un montón de cosas. Pero llegó en tiempo y forma al proyecto en Uruguay».

 

Potenciar a los jóvenes

 

«Lo otro que para nosotros es muy, muy importante, como dijo Michael Naughton en la conferencia que organizó ACDE y la UCU, titulada ‘La vocación del líder empresarial’, es encontrar qué es lo que uno está buscando, encontrar la vocación, tomando en cuenta que todo ese esfuerzo de abrir otros espacios y avanzar es fundamental para que la gente joven vea una perspectiva donde potenciarse. La mejor manera de hacerlo es que nosotros sigamos metiendo para delante en búsqueda de nuevos escalones, nuevos desafíos. Podría ser más cómodo quedarnos con lo que ya tenemos, pero de esa forma esta riamos desaprovechando la potencialidad de un montón de gente valiosa. Eso es más psicológico, filosófico que financiero. Queremos evitar la zona de confort», afirma.
Para el director ejecutivo de Ingener, «lo complicado, para una sociedad, es cuando se le empieza a perder la jerarquía que tiene el trabajo en si mismo. Creo que a nivel global, saliendo un poco de nuestra empresa, creo que si no tenemos estas estrategias para avanzar fuera de nuestra zona de confort, podemos estar llegando a agotar un ciclo, haciendo cosas muy tradicionales creo que a la larga como sociedad podemos llegar a quedar embretados y, volviendo a Ingener, ese es un desafio que nos motiva mucho», concluye.

 

Fuente: Revista Empresarial ACDE – Setiembre 2015.